El Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB, por sus siglas en ruso) desactivó un plan para realizar múltiples atentados en la fiesta de Año Nuevo en San Petersburgo ayudados por el Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés), estadounidense.
Dos ciudadanos rusos fueron detenidos, acusados de preparación de un ataque terrorista y participación en la organización de un ataque terrorista.
Ambos países habían acordado cooperación en la lucha contra el terrorismo anteriormente, y en la llamada de agradecimiento del presidente ruso, Vladimir Putin, a su homólogo estadounidense Donald Trump, ambos se comprometieron a continuar con los esfuerzos.
En 2017, Washington ya había ayudado a investigar atentados en las ciudades rusas de San Petersburgo y Kazán, mientras que los servicios de seguridad del país europeo participaron en la investigación del atentado del Maratón de Boston.